Como lo prometido es deuda... reporte de la semana pasada.

  Estas son las memorias de una hermana acerca de nuestra visita la semana pasada.

1er Rescate

En esta ocasión fuimos tres hermanas y cuatro hermanos, en este  primer rescate nos  encontramos cuatro jóvenes y más adelante se agregó  otra que nos reconoció de lejos.

El momento con nuestras amigas estuvo muy inquieto porque había muchas distracciones, una camioneta que se nos acercaba para simular chocarnos, otras personas nos vociferaban cosas desde un carro, los delivery y las chicas se notaban inquietas. De las cuatro primeras podemos decir que respondían muy aferradas a su forma de vida, les hablamos de la salvación y el pecado, una de ellas nos decía que su madre era cristiana y ella la mantenía de este trabajo y aun le decía que ella, era su bendición, aún se lamentaba que su madre se convirtiera en estos momentos porque ya no trabajaba.

Mientras estabamos con el grupo una quinta joven se nos acerca, y pregunta que si somos las cristianas de Arroyo Hondo, ésta mostró mucha apertura e insistía en que no dejáramos de volver, que ella nos conocía desde hace tiempo y que quería que regresáramos un viernes porque es cuando están la mayoría de las otras muchachas.

El segundo rescate, fue con Ana,  ella es de nuestras amigas más cercanas, por eso nuestra conversación era con una amiga, ella tiene mucho conocimiento, pero al escucharnos hablar sus ojos se aguaban mientras nos miraba. Tratamos de recordarle que cada día es una oportunidad, y que un corazón contrito y humillado no lo despreciará   Dios. Al final oró al Señor pidiéndole ayuda y también oramos por ella.

Recorrimos la zona, pero no pudimos ver más, sabemos que estuvimos con las que Dios dispuso para ese día, una de las lecciones que se pudo ver del primer grupo, es que no importa que un principio nos  escuchen la palabra del Señor cumplirá su propósito y si un solo pecador se arrepiente habrá gozo en el reino de los cielos.

Es importante orar por Ana, para que la palabra predicada traiga salvación a su vida, y Dios le dé la fortaleza que necesita para rendirse a Él.

EZ