12 de mayo, 2009

Amados hermanos, 

Les escribimos para suplicarles que levanten en oración al señor del que le hablamos ayer. Hoy desde las 8 AM lo están operando. Su situación realmente es bastante grave y humanamente hablando puede que le queden muy pocos días. La operación es más que nada exploratoria, a ver qué se puede hacer. 

Ahora, hermanos hay un asunto realmente urgente que traer a vuestra atención. Mientras ayer estábamos visitando a este señor, una hermana de nuestra iglesia entró a la habitación.  Resulta que este señor es hermano de una hermana de nuestra iglesia. Es decir, que Isabel tiene una tía en nuestra iglesia. Cuando Isabel se dió cuenta de que nos conocíamos ella le cambió su rostro, y se llenó de aprehensión. Ella nos había insistido muchas veces durante el día, antes de visitar a su papá que por favor nos cuidáramos porque su familia no sabe a qué ella se dedica. 

Esta hermana de nuestra iglesia no tiene la menor idea en lo que trabaja su sobrina. Nosotros le rogábamos a Dios que por favor ella no nos preguntara cómo conocíamos a Isabel porque no estábamos seguros qué le responderíamos de un modo que fuera honesto, pero que no expusiera a Isabel enfrente de su familia y su papá, especialmente. Hermanos, es vital que por favor seamos extremadamente discretos con la información que nosotros les damos. Nosotros vamos a tener cuidado de no escribir estos emails con demasiada información (en este, por ejemplo no les estamos dando el nombre de este señor ni el hospital en el que está) para realmente tratar de cuidar lo más que podamos la integridad, honor y dignidad de nuestras amigas. Si usted en un momento hablando con esa hermana sospecha que ella puede ser la persona, ya que ella ha pedido a gente de nuestra iglesia que oren por su hermano, por favor sean discretos y no se den por enterados. No queremos que el diablo tome ventaja de ninguna manera para destruir con una indiscreción la confianza que queremos cultivar con estas mujeres. Sabemos que el Señor es soberano, y si él permite que esto pase, sabemos que El está en control. Pero queremos por lo menos tratar de que no haya una indiscreción o algo que pueda en un momento ser un tropiezo para alguna de nuestras amigas, en este caso, a Isabel. 

Hermanos, al mismo tiempo, no sé si ustedes les está pasando por la cabeza lo mismo que a nosotros. Estamos increíblemente maravillados de la gracia de Dios. Isabel una vez profesó la fe y se descarrió. El Señor le ha concedido dos tías que son creyentes al igual que un hermano más pequeño que también es cristiano. Pero el Señor no vio que eso fuera suficiente. Le envió a un grupo de chicas que desde hace dos meses han estado visitándola,  y orando por ella. Ahora en la providencia de Dios, su papá enferma de gravedad y el Señor nos concede el privilegio de explicarle aún más el evangelio, de ir a visitar a su padre y orar por él. Isabel había estado mostrando resistencia a nuestras visitas después de que ella nos visitó aquí en la iglesia. Pero el Señor continua persiguiendo su alma, y a pesar de que ella lo ha estado rechazando El parecería estar llamándola con un ALTOPARLANTE, no dejándola ir fácilmente. Yo sólo le pido al Señor que me dé sus ojos y su perspectiva divina de la realidad, para poder ver más allá de lo que ven inicialmente mis ojos, y me llene de fe para orar celosamente por las almas de nuestras amigas aunque parezca que ellas estan despreciando el evangelio, ese desprecio puede ser ellas resistiendo a la gracia de Dios que es (y gloria a Dios por eso) irresistible. 

Un alma vale mucho. El Señor lo sabe. El diablo lo sabe. ¿Lo sabemos nosotros? ¿Vivimos a la luz de esta verdad?  El Señor está persiguiendo a Isabel y a su familia con su gracia, ¿cómo vamos nosotros a ser indiferentes a quién El está mostrando tanta misericordia?  Peleemos en oración para que almas no sean perdidas, sino más bien ganadas para vida eterna y alegría eterna en Cristo Jesús. Oremos para que el Espíritu abra los ojos del corazón de Isabel y ella pueda ver el valor inigualable de Dios en la faz de Jesús.

En El, 

Aylín